SI COMPARTES TU ALEGRÍA, SE MULTIPLICA.
SI LA ESCONDES, SE DIVIDE.
Y NO SE VE...QUÉ PENA..
¿ LES CUENTO ALGO LINDO ?
Cuando yo era pequeña, era muy tímida.
Todo me daba vergüenza.
Llegaban visitas a mi casa
y me escondía en mi dormitorio
o me sentaba debajo de una mesa de granito
que teníamos en el patio.
Tenía una hermanita mayor y una menor.
Ellas eran muy simpáticas
muy distintas a mí.
Y cuando veían mi comportamiento,
me buscaba, de la mano,
me explicaban que tenía que saludar
a las visitas
y me llevaban delante de ellas.
Yo saludaba "más o menos"
y ellas me decían :
__Debes sonreir, ser más alegre
cuando saludas.
Y se hacían las payasitas, para enseñarme .
Así fui cambiando, lentamente.
Muchas veces pienso
qué buenas fueron mis hermanas.
Otras se burlan.
Se pelean mucho.
Nosotros fuimos muy compañeras.
Nos ayudábamos en todo,
nos prestábamos las ropitas, los juguetes,
los útiles de escuela.
Con lo que sí nos peleábamos,
era con las tareas de la casa,
cuando debíamos secar los platos,
barrer, lavar los pisos...
Nuestro papito se fue junto a Dios
cuando éramos muy chicas.
Y entonces mamá tuvo que salir a trabajar.
Ella llegaba a casa
a las dos de la tarde,
de modo que nosotras veníamos
de la escuela ,
almorzábamos solitas
y debíamos dejar todo limpito
antes de su llegada.
En esos momentos nos daba pena y algo de bronca.
Pero después comprendimos
que cuando te hacen hacer esas tareas
una aprende a ser MUJER,
a ser mamitas
y es muy lindo ensayarse.
Para el cumple de mamá o
para el día de la Madre
le preparábamos el plato con una flor
y nuestro regalito.
A mí me encantaba hacer las camas prolijas, preparar la mesa, con todo, servilletas, todo, todo;
lavar el baño, bien, todos los rinconcitos,
guardar la ropa en su lugar,
ordenar nuestras hebillitas de cabello;
nuestros zapatos y zapatillas,
guardar la ropa en su lugar,
ordenar nuestras hebillitas de cabello;
nuestros zapatos y zapatillas,
regar las plantas, colgar mi ropita interior al sol.
Las cosas limpias tienen perfume a limpio, es re. lindo.
Pasarle plumero a las ventanas y puertas
y con un pañito húmedo
lavarlas donde las manos de todos,
quedaban marcadas.
Barrer la vereda y el patio.
Así no nos aburríamos nunca,
poníamos la radio y cantábamos, eso alegra el almita.
Así no nos aburríamos nunca,
poníamos la radio y cantábamos, eso alegra el almita.
Me gusta ver mi casa limpia y ordenada.
¿ Y ustedes, haditas ?
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