estaba fresquito...
La noche estaba luminosa y nos sentamos en ronda,
en el césped del patio, nos reímos mucho, felices todas.
La noche estaba luminosa y nos sentamos en ronda,
en el césped del patio, nos reímos mucho, felices todas.
Nuestro castillo, como verán a la entrada,
está sobre una barda, pequeña montaña.
Y hay una agüita de manantial
Y hay una agüita de manantial
que pasa por su lado.
Baja presurosa, es como un susurro entre piedras,
que nos da sueñito.
El silencio es increíble,
no hay autos, motos, camiones ni colectivos
que molesten
y es tan maravillosa esta paz...
A veces converamos sobre esto , con las Haditas.
No comprendemos cómo puede existir gente
que adore el ruido, hablar fuerte, gritarse entre ellos,
estar en balnerios donde no se puede caminar
estar en balnerios donde no se puede caminar
por la multitud.
Pero bueno. Todos somos distintos.
Tal vez ellos también se extrañan de nuestro proceder.
¿Sabemos respetar sus códigos?
Yo trato de hacerlo, aunque no los comparto,
me siento incómoda en medio de tanto alboroto.
Por eso elijo el sosiego, la tranquilidad.
Adoro y agradezco al Creador por tanta maravilla de la naturaleza.
Me quedo mirando el vuelo de un pájaro, de una paloma.
O cómo cae una hoja , bailando...
O cómo cae una hoja , bailando...
Ayer estábamos en el gran jardín de las haditas
y hay unas plantas de retamas, muy florecidos.
Nos quedamos asombradas de ver a un picaflor:
¡tan perfecto su vuelo, para introducir su piquito en las flores! ...¿ vieron que ellos se mantienen volando
pero frenan su marcha ante cada flor,
luego ¡ jááá! ¡ tienen marcha atrás !
como los autos. Salen de una flor,
retroceden y liban en otra, lo hacen como cinco veces.
y vuelven a libar otras flores.
¡Cuánta inteligencia, Dios querido!
¡Gracias por tanta maravilla!
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