¡Hola holita, mis amorosas haditas!

Hoy está nublado y lluvioso, parece día aburrido, pero estamos juntas y eso vale diez.

 Recién recordaba que cuando éramos chiquitas, mi papá nos había arreglado una pieza, al fondo de la casa, allí mami tenía el lavarropas , solamente ;  el resto del lugar era para nosotras.

Así que llevamos nuestra mesita baja, las sillitas, las ollas y sartenes, pava de mate, platos , vasitos, cubiertos , que  nos   regalaba todos los años  una regalaba todos los años una tía  que vivía en Córdoba.  En realidad, era la madrina de mi hermanita menor. Siempre le hacía regalos hermosos.  Y siempre los compartíamos.

Eran unos juegos de batería de cocina de aluminio, tal como las ollas de las señoras, nada más que el tamaño era pequeño.

Papá nos había comprado un calentador a mecha, que  podíamos prender, sin peligro a que se nos haga un incendio. Y allí cocinábamos como las mamis, de verdad.

Lo pasábamos re. lindo.

Sobre la mesita, también hacíamos ropitas a las muñecas. Mami guardaba los retazos de telas de algún vestido que nos había hecho, o los de sábanas que  ya estaban  en desuso. Nosotros recortábamos tiras largas, les pasábamos elástico por dentro de uno de los bordes y ya teníamos polleras nuevas para nuestras peponas.

Antes las muñecas Peponas, eran hechas de trapos, eran grandes, hermosas. Con la carita pintada, no tenían ojos como las de ahora, debíamos pintárselos. Los labios también. Nos gustaba hacerlo.

Con las flores del patio hacíamos perfumes. Sí, sacábamos los pétalos de una rosa, que son muchos. Los picábamos chiquititos con un cuchillo o simplemente con las manos y los colocábamos en un frasquito con un chorrito de alcohol, que nos daba mamá. A veces había otras flores perfumadas y las agregábamos. Esa preparación la dejábamos dos o tres días bien cerradita y después era el perfume de nuestras hijitas. Si prueban, primero huelan las flores. Tienen que ser perfumadas, ricas como las rosas, los jazmines...

Bueno, por hoy, me despido. Les dejo muchos besitos de tul y aludos para todas.

¡Las quiero! ¡Muá!